La Vitamina A.
La Vitamina A.
El retinol por otra parte, es conocido como la vitamina A de origen animal, y este se encuentra en alimentos como los productos lácteos, el hígado y los huevos.
Es necesario consumir suficientes niveles de grasas y proteínas para que esta vitamina sea absorbida adecuadamente por el cuerpo, por lo que es posible que aquellas personas que llevan una dieta muy baja en grasa no absorban la cantidad necesaria de vitamina A. Del mismo modo, las proteínas también se combinan con la vitamina A para hacerla más fuerte y la ayudan a moverse a través del organismo.
La vitamina A es necesaria para el mantenimiento de nuestro sistema inmunológico, así como para mantener nuestra visión en ópimas condiciones. Se dice que esta vitamina aumenta nuestra capacidad de visión en lugares con muy poca luz. Además, es también conocida como un antioxidante, por lo que reporta beneficios en la prevención del cáncer y de los signos del envejecimiento.
Una deficiencia de vitamina A podría ocasionarnos problemas en la vista, en la piel y en general en una disminución de nuestro sistema inmunológico. Por otra parte, un exceso de vitamina A también puede resultar tóxico para nuestro organismo, y los síntomas pueden ser pérdida de peso, vómitos y nauseas, visión borrosa, insomnio, debilidad; entre otros. Es importante destacar que estos efectos tóxicos sólo se producen con el consumo de vitamina A en forma de retinol. Por esta razón, la forma más segura de consumir vitamina A es a través del betacaroteno, ya que sin importar su edad, puede consumir grandes dosis de esta vitamina en forma de vegetales, como los que se mencionaron arriba; sin temor a padecer los síntomas de la intoxicación.